miércoles, 19 de enero de 2011

Los niños del Barrio Rojo


Zana Briski se sumergió en el barrio rojo de Calcuta, para investigar las condiciones de vida de las prostitutas y sus hijos. Su idea inicial era, simplemente, hacer un reportaje fotográfico. Pero una vez allí le impresionaron los niños del barrio, por la frescura e inocencia propias de la infancia, que conservaban en gran parte a pesar de sus difíciles condiciones de vida. De allí surgió la idea de enseñar a los chicos a manejar la cámara fotográfica, y a darles unas nociones sobre la composición del encuadre y la estética. Tal afición empezará a apasionarles, y algunos lograrán instantáneas notables. El experimento era tan fascinante que Briski propuso a Ross Kauffman hacer un documental, que acabó ganando el Oscar en su categoría. Estamos ante un film sensible, con pasajes muy conmovedores, llenos de autenticidad, que transmite en cada plano cariño por los niños retratados, y deseos de hacer algo por ellos. La cámara recoge el triste testimonio de algunas niñas, que creen que acabarán ejerciendo la prostitución, en ciertos casos siguiendo el ejemplo de madres, abuelas y bisabuelas. Hay un grito sincero de denuncia en el documental ante un estado de cosas que parece inmutable. De hecho, Briski remueve Roma con Santiago para que los chicos puedan tener una educación y logren salir de su entorno marginal; una gota en el océano, y que ni siquiera tiene éxito en todos los casos.

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