viernes, 23 de agosto de 2013

Fiestas proetarras

zen

extraido de  Borroka garaia da!

Hace justamente un mes subía un post titulado “El frente social para-policial” en el que escribía que era probable que para mucha gente hubiera pasado desapercibida una “noticia” (que en realidad no era más que un cable de Interior) que publicaba un periódico español que está a nómina de los servicios de inteligencia españoles.”Impulsan una red ciudadana para boicotear fiestas proetarras”. Un grupo de ciudadanos vascos, sin afiliación política, está impulsando una plataforma con el objetivo de llamar al boicot y denunciar aquellas fiestas patronales del País Vasco y Navarra que, con el apoyo de sus ayuntamientos, exhiban fotos de presos etarras o cualquier otra simbologia que encierre enaltecimiento del terrorismo. Se trata de una iniciativa en fase embrionaria por lo que, con toda seguridad, no llegará a tiempo para los festejos de este verano.”

Pese a que todo el mundo sepa que ese ·grupo de “ciudadanos vascos sin afiliación política” no es más que una idea en construcción de los antes mencionados servicios de inteligencia españoles, es cierto que los necesitan desesperadamente. ¿Por qué?. Por la sencilla razón de que su estrategia represiva y de ataque a las fiestas populares hace aguas y el completo ridículo. Ya que casi nunca es suficiente imponerse solo por la fuerza. Se necesita algo más. Hemos visto estos días las políticas miserables de apartheid contra la chupinera de la aste nagusia en Bilbo o el pregonero en las fiestas de Laudio. El poso que queda de esos ataques se podría resumir en el viejo y nuevo lema «Señor gobernador, usted es bobo». Y es que no pueden avanzar en sus intenciones reaccionarias sin complementar bien sus propios “frentes de lucha”.Y mucho menos si alguno les falta.

¿Pero cuáles serían esas intenciones reaccionarias?. ¿Realmente les importa tanto quién sea el pregonero o tire el cohete?. ¿No pueden respirar si las muestras de solidaridad hacia los presos políticos o a mil y una justas causas se hacen presentes?. ¿Ver la ikurriña en según que sitios les causa desmayo?. ¿Se cortarían un dedo antes que el movimiento popular pudiera disponer de un espacio en las fiestas?. La respuesta a todo esto es un sí, pero no es la razón fundamental para que las fiestas populares vascas estén en el punto de mira desde siempre.

El plan ZEN (“zona especial norte”), a parte de ser el nombre de un disco publicado en 1984 y compartido por eskorbuto y RIP, fue un plan de contra-insurgencia de los servicios españoles que contaba con un punto en el que se hacía especial hincapié en intentar cortar los lazos de unión y solidaridad interna de la comunidad vasca que ellos consideraban parte de la idiosincrasia de este pueblo. ¿Y qué son en realidad las fiestas populares vascas?. Eso exactamente. El modelo festivo popular realmente pone en cabeza unos valores culturales, de unión comunitaria y participativa que es un ataque frontal contra el mismo estado y el capital. Algo que se sale por completo del intento de control sistémico, que refuerza a la sociedad y la une frente a poderes externos.

El capitalismo y el españolismo, que básicamente responden a los mismos intereses y son las dos caras de la misma moneda reaccionaria no pueden soportar ejercicios de soberanía popular vasca. Sean festivos o no lo sean. Es por ello que la mayoría de las fiestas vascas, su modelo organizativo y los valores que promueven son un tesoro de las clases populares  y por tanto irreconciliables con los intereses que pretenden comercializar y sacar beneficio, hacer espectador en vez de sujeto a la población. En definitiva, someter al pueblo trabajador vasco. Por eso, el modelo popular de fiestas está en el objetivo reaccionario y es atacado y erosionado  por todos los frentes que puedan. ¿O a caso alguien se pensaba que la gente se pone pegatinas en fiestas llamando bobo al cónsul español simplemente por su falta de luces?.

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