domingo, 28 de septiembre de 2014

El Sopar (1974)


Cinco ex presos políticos (Narciso Julián, 24 años de cárcel – PSUC; Angel Abad, 7 años de cárcel – PSUC; Antonio Marín, 8 años de cárcel – CCOO; Lola Ferreira, 3 años de cárcel – PCML; Jordi Cunill, 10 años de cárcel – Juventudes Libertárias de Cataluña) se reúnen clandestinamente en una masía una tarde de 1974, el mismo día de la ejecución de Salvador Puig Antich, para intercambiar sus experiencias en la cárcel. Después de hablar sobre la huelga de hambre, las formas de lucha, la desconexión de la realidad, etc., se produce una inesperada situación final cuando uno de los ex presos efectúa un canto a la vida en cautividad. La contundente réplica de uno de los compañeros no evita el efecto de catarsis de la confesión.

Estado Español, años 70

La cámara de cine se ha convertido en un instrumento político. Conviene que las películas no tengan títulos de crédito. Por si acaso, es mejor entrevistar a la gente a contraluz o incluso encuadrándolos del cuello para abajo. Ya en la década de los 70, la propia policía ordenaba revelar las películas requisadas para identificar posibles sospechosos. Se crea toda una red de distribución clandestina, en la que las películas se sirven bajo nombres falsos, se guardan en pisos francos, se catalogan en listas camufladas entre textos de poesía medieval y se entregan a los interesados bajo un estricto secreto y anonimato. Son los llamados “Volti”.

Era a través de los “Volti” como se distribuían las filmaciones de huelgas, manifestaciones, actos reivindicativos diversos... muchas veces material sin montar, pero a veces películas bien estructuradas, como el “Míting de París” (1971), el documental sobre un acto político multitudinario de Dolores Ibárruri y Santiago Carrillo en la localidad francesa de Montreuil, junto a París, que fue filmado, introducido en España, distribuido y exhibido de manera clandestina por un grupo muy numeroso de personas organizadas alrededor del “Volti”. Hablan de ello algunas de las personas más destacadas, como Pere Ignasi Fages, Roc Villas (hoy director de la Filmoteca de Catalunya) y Manuel Esteban.

A partir de los condicionantes de compromiso político, clandestinidad y represión, surge la película “El sopar”, rodada en 1974, el mismo día de la ejecución de Salvador Puig Antich.

Pere Portabella era el puente entre el PSUC y la estructura del “Volti”: era quien comunicaba cuándo habría una manifestación y por dónde pasaría. Paralelamente y al margen de otras obras más de experimentación vanguardista, es autor de películas de fuerte compromiso político. Es el caso de ”El sopar”, un encuentro de expresos políticos en una casa del Penedès, donde explican y reflexionan sobre su experiencia y el régimen que los encarceló.

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