domingo, 14 de junio de 2015

Muerte silenciosa. Un grito ahogado desde las celdas de aislamiento

Encerrados en solitario durante meses e incluso años en unos cubículos infrahumanos, varios presos políticos de diversos países europeos, entre ellos tres de ETA, narran sus experiencias en las cárceles de exterminio.

Las celdas de aislamiento están destinadas a destruir la resistencia del ser humano mediante torturas síquicas sofisticadas, aunque los carceleros no tienen reparos tampoco en recurrir a la eliminación física directa de los prisioneros.

El vídeo, del realizador turco Huseyin Karabey, trata de explicar el aislamiento carcelario mediante diversos lenguajes técnicos. Construido sobre el fondo de documentos compuestos por testimonios de detenidos, sus familias, abogados, médicos y parlamentarios, sobresale en la narración un personaje central, una actriz profesional, que nos sumerge de lleno en el horror del aislamiento diario. El realizador ha querido así revivir la soledad absoluta y el embotamiento progresivo de los órganos sensoriales del detenido.

El trabajo incorpora también un amplio documento sobre una cárcel de mujeres sometidas a trabajos forzados en el estado norteamericano de Arizona. De la crudeza de su contenido dan cuenta las manifestaciones del sheriff responsable de la prisión: “A veces, una vez por semana, las utilizo como espantapájaros. Ellas están al borde de la carretera, en donde todo el mundo pueda verlas. Así, cuando la gente pase en coche, le dirá a sus hijos: “Cariño, si haces algo malo, irás a los trabajos forzados”. Pero cuesta más caro alimentar a un perro que a ellas. El perro cuesta 1,1 dólar al día. Los perros comen buena comida. Buen perro, buena comida”

No hay comentarios:

Publicar un comentario